rumor espeso de la tarde
cristal tu voz
la espuma de tu risa
hace orilla en mis ojos
que te beben
con asombro de niño,
me hablás
no me mirás
-salvo que te interrumpa
que una paloma cruce por mi frente
que deje caer la taza que sostengo
salvo que el cielo se abra
y haga blanco en tu pecho
el rayo turbulento-
ese que ahora me vence
mientras bebo
tus ojos
y un café lamentable
tus ojos
que ignoran que los bebo
mis ojos
que contemplan
lo absurdo
(c) copyright
V.M
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