10.1.10

Adiós, corazón




Nadie debe extrañarse
Si una tarde de estas
Abre mi pecho mustio una rama impetuosa.
Porque mi corazón está muriendo ahora…
Un río caudaloso lo arrastró hacia la mar
Y en mi pecho allanado, vacío, ya sin eco,
He sentido crecer una raíz de ausencia,
Un árbol de silencios, de olvidos gritadores
Que habitan en mi centro,
En un lugar sin dónde.

Mi corazón se ha ido.
Una madera ruda me crece en la memoria.
Debo olvidarlo todo.
Olvidar lo que he sido desde que sé tu nombre.
Mi corazón se extingue.
Debo olvidar ahora.
Tajo a tajo morirte.
Mi corazón sin eco.
Mi corazón de viaje.
Corazón, raíz de ausencia.

De mi pecho sangrante está brotando ahora
Una flor cenicienta enferma de ilusiones.

Mi corazón se esconde detrás de dos palabras.
Corazón que no es mío.
Corazón que no es tuyo.
Un corazón de nadie.

Debo olvidar que existo
Para nacer de nuevo.


V.M (c) copyright

Para el Laboratorio poético, escuchando la sonata Claro de Luna, de Beethoven.




La maravillosa obra que observan es del pintor Gabriel Sainz, cuyo blog recomiendo visitar ya mismo: http://sainzpinturas.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Yo opino, tú opinas...

Gira, el mundo gira...


contador de visitas