21.2.08

Los cuatro elementos

AGUA

La que moja los dedos de mi niña
que ríe
mientras descubre el mundo palmo a palmo.
La gota
que pende de tu boca
y barres con el dorso de tu mano.
La lluvia
que me cala hasta el alma hecha tormenta.
El agua
de delgados cabellos que llama a mi ventana
cansada de caer.
La que lava tu cara,
la que bebes sediento,
la que baña tu cuerpo.
Agua yo quiero ser.


FUEGO

Rojos, azules, naranjas, amarillos,

ojos soberbios de tu real plumaje,
ojos cautivadores que hipnotizan
y empañan la pupila en un instante.
Un estado perfecto me domina
cuando estoy frente al fuego crepitante,
me abraza su calor y cuando crece
puedo sentir mi corazón que arde.


AIRE

No el aire que respiras.
Quiero ser el que exhalas
y sube hasta tu boca tibiamente,
porque ha pasado por tu corazón y sabe
lo que temes, lo que callas, lo que sientes.


TIERRA

La del cantero del ciprés gigante

que en el recreo largo era la cancha
más generosa para la bolita.
La tierra en las rodillas y en las manos
cuando esperábamos el YA de largada
en las carreras colosales de la cuadra.
El piberío armando polvareda
en las siestas calurosas del barrio…
Una tierra entre todas es mi tierra:
la de mi calle, polvo, piedra, barro.
(c) copyright
***
Algunos datos para ir llevando...
¿Quién habló de los cuatro elementos por primera vez?
*
Empédocles postuló la existencia de cuatro elementos -agua, fuego, aire, tierra- cada uno de ellos con las características de permanencia e inmutabilidad del ser, y la existencia de dos fuerzas cósmicas -Amor, Odio- que actuarán como causa de la combinación o disociación de los elementos.

Para Empédocles la realidad es el resultado de la combinación de esos cuatro elementos originarios: la realidad que nosotros captamos es el resultado de la mezcla de dichos elementos. Propiamente hablando no hay generación; lo que llamamos "generación" es propiamente "agregación", "mezcla" de elementos. Y lo que llamamos corrupción no supone la destrucción del ser, sino solamente su "separación", "disgregación".
Esa mezcla y separación de los elementos originarios tiene lugar por las fuerzas del Amor y del Odio. En la realidad está sometida a un ciclo en el que predominan alternativamente cada una de esas dos fuerzas, de tal modo que el predominio de una supone la disminución de la otra y viceversa.
Dichas fuerzas son concebidas por Empédocles, por supuesto, como fuerzas físicas y materiales. Por efecto del Amor se reúnen las partículas de los cuatro elementos, y por efecto del Odio se separan las partículas provocando la extinción de los objetos.
El mundo tal como nosotros lo conocemos está a medio camino entre la realidad primitiva, fase en la que predomina el Amor, y la fase de total separación de los elementos en la que predomina el Odio.

"Estos elementos nunca cesan su continuo cambio. En ocasiones se unen bajo la influencia del Amor y de este modo todo deviene en lo Uno. Otras veces se disgregan por la fuerza hostil del Odio y tienen una vida inestable".

"Este mismo combate de fuerzas se ve claramente en la masa de los miembros de los mortales. A veces por efecto del Amor todos los miembros que el cuerpo posee se reúnen en unidad en la cima de la vida floreciente Pero otras veces, separados por el Odio cruel vagan por su lado a través de los escollos del mar de la existencia". (Fr. 17 y 20)
***
Más información en Webdianoia y en Wikipedia

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